martes, 21 de noviembre de 2017

A palo dado…



Por José A. Martínez

Kate del Castillo se equivocó al quererse ligar con un delincuente que a fin de cuentas es el gato del gato del patrón. Y es que por conveniencias de poder han dibujado a los capos como los multimillonarios; pero sí el vender "polvo" diera esas riquezas interminables, entonces  el creador del piquín "Miguelito" sería el más rico del país. Si los narcotraficantes fueran los únicos causantes de las riquezas del crimen organizado, no habría cantidades económicas que hubieran podido sostener sus vidas de despilfarros sin que la industria del narcotráfico ya estuviera  quebrada. La razón por la cual,  líderes de la droga después de manejar grandes cantidades de dinero terminen viviendo miserablemente es normal. Primero porque para esconderse de una persecución de Estado, deben hacerlo sólo con lo indispensable para facilitar su huida. Y segundo porque los narcotraficantes viven al servicio de otros, que son los verdaderos propietarios de toda la riqueza. El nivel educativo de los narcotraficantes los hace conformarse con borracheras, putas, armas y carros, pero quienes mueven la cuna, no se conforman con tan poco. Los carros que destruyen los narcos, el dinero que se gastan y las casas en que viven se reciclan por sus patrones en decomisos, en remates judiciales y en operadoras de inmuebles. Delincuentes como EL CHAPO, son únicamente arrendatarios, como en otro tiempo lo fue Caro Quintero, Don Neto, Félix Gallardo y que tienen que ser sustituidos por quienes tendrán la misma vida, el mismo objetivo y seguramente el mismo final. Los Narcotraficantes son gerentes medios de un sistema, con un  rango parecido a la de  algunos secretarios, jefes de la policía o autoridades, pero  que están al servicio de las organizaciones delictuosas. Entonces, ¿quiénes son los verdaderos jefes de jefes y no los gatos de los gatos? Los "meros gallos" son aquellos que conforman el pico de la pirámide en la delincuencia organizada y cuyo fin principal más que el dinero, es el poder y son los individuos más respetados en las altas esferas  aunque nunca salen en las planas de sociales ni necesitan publicidad, ni pagar para que les dediquen un corrido o fanfarronerías y que  incluso son personajes con un alto nivel de inteligencia, de buen gusto, no son ostentosos y son los verdaderos multimillonarios que heredan a sus posteriores generaciones familiares; son aquellos que  se   dedican a negocios que aparentan ser lícitos  pero también  se basan en el lavado de dinero que produce el crimen organizado. Por lo que el narcotráfico no tendría las enormes ganancias si no estuviera bajo el respaldo de la inversión empresarial con apariencia lícita. Son quienes manejan una  estrategia financiera  y  política y que son  los verdaderos jefes de jefes y que  pueden pasar como banqueros  y después de ellos  existen otros jefes, que  se enriquecen con la industria  minera,  situación que  les abre relaciones estrechas  con empresarios de diferentes ramas a nivel nacional e internacional y son tan respetables que nadie se mete con ellos,  al grado de que cualquier insinuación de señalarlos como personas de malas conductas, puede resultar más pecado,  que escupir a Cristo. Y por cierto, también van a misa. Por tal razón detener a delincuentes como EL CHAPO no es la única solución para terminar con el narcotráfico. La medida más importante para solucionar este problema, es la educación impartida por el Estado a su población,  para que cada individuo la adopte y la transmita a su familia o circulo de convivencia,  y lograr una  población con la suficiente autoestima para proteger su salud, incluso de las drogas. La coercitividad del Estado no debe servir  únicamente para la realización de detenciones espectaculares como un factor de distractor político; la fuerza de Estado debe estar basada en el aseguramiento de los  bienes de procedencia ilícita con un reciclaje limpio y en favor de la economía social y la educación para lograr  la convicción moral  y no devolver el embargo de los bienes a las mismas u otras manos del mismo árbol delincuencial. El caso en torno al Chapo Guzmán y a la actriz Kate del Castillo ha pasado a ser también un mensaje mediático al grado de que se ha querido especular sobre las investigaciones a Kate del Castillo sin respetar la secrecía de una investigación ministerial y lo han querido convertir en un escándalo con tal de crear la percepción del fortalecimiento de las Instituciones, y lo único que han hecho es violar el derecho de la misma actriz al no cumplir con la confidencialidad de la averiguación. Estos malos procedimientos no excluyen de  responsabilidad a Kate del Castillo quien ha sido un producto de la televisión, no sólo porque en este medio ha basado su carrera artística,  sino también porque queda claro, que en la televisión también ha basado  su formación y educación,  como lo demuestra  la conducta  que exhibe su ignorancia, y por tal razón, sin tener presente la palabra honestidad, pensó que estaba realizando un gran negocio para beneficio  de sus películas y para la producción y distribución de su marca de tequila, con quien consideraba  un gran hombre de negocios ilícitos,  pero  que en la realidad estaba tratando,  con el gato del gato del gato del gato del patrón.

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