HABLANDO DE TEATRO CON:ENRIQUE BRIBIESCA "COSAS RARAS" - UN VIAJE AL CORAZÓN DE LA INFANCIA HERIDA.

HABLANDO DE TEATRO CON: ENRIQUE BRIBIESCA, "COSAS RARAS" - UN VIAJE AL CORAZÓN DE LA INFANCIA HERIDA.

hablando de teatro por:#EnriqueBribiesca

En el lienzo en blanco de la memoria, dos hermanos pintan con trazos temblorosos los recuerdos de una infancia que se escurrió entre sus dedos como arena. "Cosas raras", la obra maestra de LEGOM (Luis Enrique Gutiérrez Ortis Monasterio), nos sumerge en un mundo donde la inocencia choca contra la cruda realidad de la ausencia y el silencio.

Imaginen un hogar donde las risas infantiles se ahogan en el vacío de una madre ausente y un padre que guarda secretos como quien atesora monedas oxidadas. Dos pequeños navegan por los turbios mares de una niñez atípica, donde las explicaciones se esconden en los rincones oscuros de una casa demasiado grande para sus corazones diminutos.

Lariza Juárez y Carlos Patrick Casanova dan vida a estos hermanos, transformando el escenario desnudo en un caleidoscopio de emociones. Con solo una banca como ancla en el mar de sus recuerdos, estos talentosos actores nos llevan de la mano por los laberintos de una infancia robada. Sus voces son el eco de preguntas sin respuesta: ¿Dónde está mamá? ¿Por qué papá desaparece? ¿Qué son esas "cosas raras" que los adultos murmuran cuando creen que no escuchamos?

Adrián Vázquez, ahora en el papel de director, teje con hilos invisibles una narrativa que baila entre la crudeza y el humor negro. Porque sí, en este viaje hay espacio para la risa, esa risa que nace del dolor y se convierte en escudo contra la adversidad.

"Cosas raras" no es solo una obra de teatro; es un espejo que refleja nuestras propias infancias imperfectas. Nos recuerda que todos llevamos dentro a ese niño que alguna vez se preguntó por qué el mundo de los adultos era tan complicado. Nos invita a mirar con compasión a esos pequeños que fuimos, que crecieron demasiado rápido en un mundo que no estaba diseñado para ellos.

Al final, cuando las luces se apaguen y el aplauso resuene, quizás nos encontremos limpiando una lágrima furtiva. Porque "Cosas raras" nos ha recordado que la infancia no siempre es un cuento de hadas, pero que en la adversidad puede nacer una fuerza que nos une y nos impulsa hacia adelante.

Esta obra es un tributo a todos los niños que crecieron en el silencio, a los hermanos que se convirtieron en refugio mutuo, y a los adultos que aún buscan respuestas en los ecos de su pasado. LEGOM, a través de la magia del teatro independiente, nos regala una pieza que, con recursos mínimos, alcanza las profundidades máximas del alma humana.

"Cosas raras" nos susurra al oído que, a veces, las heridas de la infancia son el abono de nuestra fortaleza adulta. Y nos recuerda que, en el gran teatro de la vida, todos somos actores tratando de dar sentido a nuestro papel, buscando ese abrazo que la niñez nos quedó debiendo.

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