miércoles, 19 de julio de 2023

ERA YA 17 DE JULIO.

ERA YA 17 DE JULIO.

por:#GerardoHernandezEscarcega

Era ya 17 de julio de 1872, ya se sentía mal, pero eso no le impidió, para que bebiera una copa de jerez, una copa de Burdeos y comiera sopa de tallarines, arroz con huevo estrellado, bisteck con frijoles, un plato de fruta y medio vaso de pulque.
Su aspecto físico demostraba un sobrepeso, ya en días anteriores había tenido fuertes dolores en la zona del corazón.
Al día siguiente, 18 de Julio, como a las once de la mañana, un dolor muy fuerte, avisaba que era un ataque al corazón.
Sus médicos de cabecera, el Doctor Ignacio Alvarado, el Doctor Rafael Lucio y el Doctor Gabino Barreda ya no se separaron de el, para controlar dicho ataque, en aquellos años, el método era vertir agua hirviendo en la zona del corazón para hacer reacción, lo que hoy se hace con un desfibrilador externo automático (DEA).
A las cinco de la tarde volvió a sufrir otro ataque más fuerte, y nuevamente tuvieron que hacer uso de la terapia del agua hirviendo.
Cuentan que daba gritos de dolor y el doctor Alvarado en sus apuntes confirmo que le quedó una gran ampula.
Quedo tranquilo por un rato, ya sin poder hablar, pero ya se pronosticaba el final.
Así fue que a las once de la noche del día 18 de Julio de 1872,  rodeado por sus doctores, familia y amigos cercanos, dejo de existir en su habitación de palacio nacional.
Los diagnósticos médicos decía que había sido angina de pecho, otro decía que había sido un ataque al nervio gran simpático.
Con los escritos que dejaron sus médicos, ya en el año de 1912 el eminente Doctor Ignacio Chávez determinó que su muerte había sido por un infarto al miocardio.
Así fueron sus últimas horas del presidente Benito Juárez García.

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